Entrevista a Joan Sanz Bartra

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Para aquellos que son de fuera de Cataluña y/o de España, posiblemente el nombre de Joan Sanz no les diga nada. Pero los que somos de esta zona y pasamos ya de la treintena, seguramente su voz nos suene bastante.
Joan Sanz Bartra, a parte de muchas otras facetas que seguidamente conoceremos, es un actor de doblaje que puso voz a unos de los personajes más emblemáticos de la serie manga 'Bola de Drac' (Dragon Ball), el orgulloso y siempre batallador Vegeta.
Muchos hemos crecido viendo esta serie, y personajes como Son Goku, Satanás Cor Petit, Son Gohan y el propio Vegeta permanecen en nuestros recuerdos de manera imborrable. Cada uno tenía su preferido, por norma general el protagonista, Goku, pero a muchos nos cautivó mucho más Vegeta. Un malo muy malo, fanfarrón, prepotente, que no dudaba de humillar con un vocabulario socarrón a todos sus contrincantes, y enemigo acérrimo de Son Goku. Pero que poco a poco fue ganando adeptos a la vez que se pasaba al bando de los buenos, pero manteniendo su indomable espíritu impulsivo y sobervio. Yo, lo reconozco, fuí uno de ellos.

Hace unos meses tuve el placer de poder intercambiar unas palabras con Joan Sanz, su voz en catalán, y aprovechándome de su buena disposición para aquellos que se interesan por su trabajo le propuse una entrevista para el blog, a la que accedió gustosamente.
Y es que 'Bola de Drac' y todos sus personajes vuelven a estar de moda, ya que recientemente lleva emitiéndose en el canal autonómico catalán 3XL, la serie 'Bola de Drac Z Kai', un 'remake' de la mítica 'Bola de Drac Z' pero con algunos 'extras', como por ejemplo el que ha sido íntegramente doblada de nuevo por la mayoría de sus actores de doblaje originales. Por lo que obviamente hace que Joan Sanz y Vegeta vuelvan a ser actualidad.
Sin más, os dejo con la entrevista:

Kordo: Primero, antes de nada Joan, agradecerte tu amabilidad y atención por concederme esta pequeña entrevista, en un momento en que el regreso de Bola de Drac estará colapsando tu tiempo atendiendo infinidad de compromisos.
Para aquellos que no sepan que es Bola de Drac Z Kai, ¿nos podrías explicar qué novedades presenta respecto a la versión original?
Joan Sanz: Es el resumen de Bola de Drac Z en 98 capítulos, con mejor imagen, mejor sonido, más ritmo narrativo, menos tiempo perdido en batallas interminables, pocas imágenes congeladas, etc… Es decir: la serie de siempre puesta al día, con tecnología digital. Los capítulos, además,son algo más cortos, unos 20 minutos; antes eran de 26 minutos.


K: ¿Cómo ha sido el volver a poner voz a Vegeta tantos años despues desde la primera vez? ¿No has llegado a cansarte de la fama que cogió el personaje y todo lo que ello conlleva?
J.S: En realidad nunca he dejado de ponerle voz a Vegeta, jajajaja, dado que continuamente me piden dedicatorias, frases personalizadas, entrevistas, colaboraciones, etc…incluso he participado en dos programa de tv. Uno para el Canal 33 y otro para el Canal 3xl. Desde que existe internet y entré de lleno en la red, de ello hace ya bastantes años, siempre he estado ligado a este personaje, aunque el boom se produjo con Facebook y Youtube, donde los videos relacionados con Vegeta en catalán suman más de 500.000 visitas. A mi no me cansa ese feedback con los fans, lo único que lamento es no poder vivir de ello, jajajajaja, dado que Vegeta es un poco famosillo, pero no tanto.


K: Siempre he pensado que si los personajes fuesen reales Son Goku estaría celoso de que Vegeta le robase tantos admiradores. ¿Marc Zanni (doblador de Goku) siente celos de Joan Sanz?
J.S: ¿Celos? Nooooo!!! Si fuera así Marc Zanni no me hubiera avisado para doblar Bola de Drac Z Kai, jajaja, dado que él dirige la serie y además es el protagonista. Marc Zanni es un buen tipo, lo era hace 20 años y sigue siéndolo ahora.


K: ¿Qué hay de Vegeta en Joan Sanz? 
J.S: Algo hay, pero está ya muy controlado. Yo tengo 52 años pero Vegeta sigue siendo el mismo, para él no pasan los años. Sigue siendo impulsivo, batallador y obsesivo, yo algunas batallas ya las he dejado por imposibles.


K: Tengo entendido que no todos los dobladores originales han podido prestar su voz de nuevo en esta entrega. ¿Quienes y porqué no han podido estar en Bola de Drac Z Kai?
J.S: Básicamente no han podido incorporarse a la serie los actores que han muerto durante estos años, los que están enfermos y algun que otro jubilado. Algun otro no ha podido por cuestión de trabajo o porque dejó el doblaje y trabaja en otra cosa que no le permite ausentarse. En cualquier caso, salvo fuerza mayor, quien más quien menos se ha reincorporado. Y a algunos/as es un verdadero lujo tenerles en la serie porque ahora son figuras del doblaje, voces habituales de actores de Hollywood muy conocidos. Eso se nota en la calidad de la serie, la gente sabe más y está más experimentada que hace 20 años, cuando empezaba en el oficio.

K: Dejamos de lado Bola de Drac Z Kai y nos centramos en tus otras facetas. La de cineasta por ejemplo. 'Parla'm d'en Paco' ha sido tu primer film y, aunque aún no ha sido distribuida, los pocos que han tenido la suerte de verla (entre los que me incluyo) coinciden en que es una película reflexiva, tierna y bonita de ver. ¿Tienes pensado seguir haciendo cine en un futuro?
J.S: Me gustaría y tengo ideas y proyectos, pero no se my bien como puedo hacerlo. Hacer la película no fue lo más complicado, lo realmente complicado es que no te cierren la puerta en las narices cuando acudes a una distribuidora o un canal con tu película para ver si pueden distribuirla o programarla. Este debe ser uno de los pocos paises del mundo donde no se puede programar cine autóctono porque el foraneo tiene las salas y las parrillas saturadas. Por suerte existe internet, donde la relación creador-espectador es directa. Ahí está el asunto…tal vez haga algo en el futuro, pero pensado directamente para la red, nada de perder el tiempo con un sistema que machaca al cine catalán realizado con bajo presupuesto.



K: Tambien has escrito una novela que no sé si ya podemos encontrarla en las librerias. ¿Cómo se titula y en qué está basada?
J.S: Tengo una novela acabada relacionada con el mundo del doblaje y el espectáculo en general, se titula 'Manguta'. La tiene mi agente y está bien valorada, tal vez se publique en un tiempo prudencial,aunque estoy escribiendo otra mucho más larga, titulada 'Tretzena generació', que dicen que será mejor para debutar. En diciembre la tendré terminada; antes no porque es una historia larga, por lo menos 300 páginas. Ya veremos como va el tema…Lo importante es que tengo una agente muy competente, de la cual me fio, una autoridad en el mundo editorial. Pero vamos a esperar a ver que pasa, porque uno ha vivido ya muchos cuentos de la lechera.


K: Xavier Gabriel, el famoso lotero de Sort dueño de 'La bruixa d'or', es amigo tuyo y tambien has formado equipo con él para otro proyecto editorial, ¿no es así?
J.S: Sí, es amigo. Y una buena persona, puedo dar fe de ello. Hemos escrito un libro a medias sobre el arte de decir NO; ya está listo y tambien lo tiene la agente, que es la misma, dado que nos representa a los dos. Tenemos en mente hacer hacer más libros por el estilo, pero hay que hacerlos poco a poco, porque la crisis afecta tambien al mundo editorial y no se vende todo lo que se escribe.


K: ¿Cuales van a ser tus próximos trabajos o aquellos que tienes en mente para desarrollar en un futuro más o menos cercano?
J.S: En diciembre termina Bola de Drac Z Kai y creo que va a finalizar mi breve reencuentro con el doblaje, dado que hay muy poco trabajo. Me quedaría a gusto, pero es muy complicado vivir de ello, aunque sea como simple actividad complementaria. Para entonces habré terminado mi novela, espero poder enlazar el final del doblaje con el principio de esta nueva actividad, que alterno con trabajos de redactor autónomo y mis estudios de Comunicación en la UOC, que tambien me lleva mucho tiempo y energía. Y tengo más novelas pensadas, pero antes debo publicar alguna, claro está…


K: Muchas gracias Joan por tu tiempo. Desde aqui te felicito por tu enorme y excepcional trabajo y te deseo lo mejor para todos tus próximos proyectos. Un abrazo!
J.S: Gracias a vosotros por tenerme en cuenta. Saludos.

Y como despedida, en un gesto que dice mucho de él, ha tenido el impagable detalle de dejarnos un audio muy especial, dedicado a todos los que hacemos posible este blog. Vosotros y un servidor. Todo un honor.

Manos a la obra

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Aunque las vacaciones hace tiempo que se acabaron, y la rutina laboral y doméstica volvió a mi vida inexcusablemente, ya va siendo hora de que me ponga manos a la obra por estos lares.

Parece como si me obligasen, pero en realidad lo estoy deseando!
Gracias por aguantarme.

Tecnología muerta: Las galerías subterráneas.

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Y llegamos a la cuarta y última entrega de Tecnología muerta. La más oscura, inquietante y peligrosa de todas. Nos dirigimos a las entrañas del complejo, a su parte más secreta, más oculta y más difícil. Descendemos a las galerías subterráneas.

Para ello pensé en tomar esta moderna linterna que me salió al paso, pero consciente de que existía suministro eléctrico, sólo me sería útil como estorbo.

Así que enfilé escaleras abajo y fui dejando atrás la superficie.

Mi sorpresa llegó ya abajo. Aquello estaba oscuro. No veía nada. Con la luz que me llegaba de la zona de las escaleras intenté buscar algún interruptor que diese luz a todo aquello que se 'suponía' tenía delante de mi.
Lo encontré, pero no parecía funcionar. Aquella zona carecía de luz, o al menos estaría el diferencial desconectado en la sala de fuerza.
Ya era casualidad que en la única zona donde verdaderamente dependía de la luz artificial, no funcionase. Estaba bajo tierra, y allí no entraba ni un triste haz de luz.
Esperé a que mi vista se acostumbrase a la oscuridad, pero el negro era absoluto. Me acordé entonces de la maravillosa linterna que había dejado atrás.
Finalmente saqué mi frontal y me lo coloqué. Era lo único que llevaba. Cometí el error de dar por hecho en otras exploraciones del lugar que todo el complejo disponía de luz. Así que me tendría que apañar con la única luz del pequeño dispositivo.

Pero dudé. No sabía lo que había allí abajo. Hasta donde llegaba mi haz de luz no veía el final de lo que alumbraba. Era consciente que todo el complejo era enorme y, si esas galerías recorrían a su antojo todo lo que había explorado arriba, podía ser un auténtico laberinto.
A oscuras, con un único sistema de alumbrado, y sin conocer donde me metía, pensé en dar media vuelta y volver otro día más y mejor preparado para aquella otra exploración.

Pero algo me decía que no debía volverme atrás. Que ya que había llegado hasta allí debía hacerlo. Quizá no hubiese otra oportunidad de volver. Y eso ya me había pasado otras veces y acabé arrepintiéndome. Así que tome la decisión: Iba a adentrarme por una desconocida red de oscuros túneles subterráneos.

Eché a andar, alumbrándome el camino con el limitado haz de luz del frontal. Me pareció llegar a una galería de forma circular de donde salían otras en diagonal hacia uno y otro lado.
Yo seguía recto para cuando llegaba al final volver y coger otra de las que había visto salir de aquella misma donde ya estaba.

Decenas de metros de galerías había allí abajo, algunas de las cuales parecía no tener final. Andaba y andaba dejando atrás la misma oscuridad que me daba la bienvenida por delante. A veces oía ruidos, pero desconocía de donde venían. Había momentos que no sabría decir exactamente donde me hallaba.

Pero lo que supuse que en aquella red de galerías debería haber, se presentó delante de mi pegado a una de las paredes: Un plano detallado de todo aquello y la posición donde me encontraba en ese momento. La suerte me sonrió.

Este pequeño ratoncillo no tuvo la misma suerte que yo y pereció buscando la salida.

Pero aunque ya estaba situado, con las salidas de emergencia controladas, y el plano del lugar memorizado, algo había allí que me inquietaba. Y no sólo eran los ruidos que de vez en cuando oía. Tenía más que ver con lo que estaba viendo dentro de esos túneles subterráneos.

Los pasillos estaban muchos llenos de bandejas por donde sin duda debería ir cableado de toda la instalación. Que como hemos visto no era poca ni de escasa importancia.

Pero sin embargo, la mayoría de estas bandejas estaban vacías, con pocos cables, o cortados directamente.

En el hueco de una escalera vi lo que me estaba imaginando. Metros y metros de cables cortados y pelados. Alguien, seguramente varios, estaban accediendo allí y llevándose el cobre que allí abundaba.

Detalle del cobre que aún quedaba allí y que seguramente haría volver a los saqueadores.

Mi situación se me antojó de pronto complicada. Estaba en unos túneles desconocidos, que pisaba por primera vez, prácticamente a oscuras, y rodeado de un material que era el deseo de muchas banda de ladrones de cobre que tan de moda están últimamente.

Pero no solo era eso. Tenía la certeza que ya habían estado allí. Las pruebas eran evidentes: Cables pelados vacíos de su reluciente cobre, velas que servían para poder ver en aquella oscuridad absoluta, e incluso una bolsa de croissants para matar el hambre tras horas y horas de saqueo.

¿Y los ruidos? Aquellos sonidos que venía escuchando cada cierto tiempo y que al principio no le daba importancia tomaban ahora un significado que podía ser realmente peligroso.
¿Serían los ladrones? ¿estarían en alguna galería contigua? ¿me habrían visto? ¿estarían escondidos ellos al oir que alguien andaba por allí?

Apagué el frontal , la cámara, y guardé el máximo silencio que pude. Allí abajo, rodeado del negro absoluto, intenté escuchar. Captar algún sonido que me hiciese tener la certeza absoluta de algo. Inmóvil, apoyado contra la pared, cerré los ojos intentando concentrarme mejor en los sonidos que pudiesen llegar a mis oídos. Y llegaron.

Afortunadamente no eran preocupantes ni evidentes de lo que no quería oír. Así que sin querer tentar mucho a la suerte decidí poner rumbo a la superficie.

No por ello dejé de centrarme en hacer fotografías y observar todo lo que me iba encontrando allí abajo.

Arquetas en el techo que daban a la calle, esqueletos de hierro para vete a saber qué, e incluso una enorme puerta al final de una galería que daba a una especie de respiradero.

Por un momento pensé que en lugar de salir a la superficie estaba ganando profundidad, ya que esta arqueta estaba a mucha altura respecto a la anterior que había visto. De hecho apenas se veía.

Pero por fin encontré una señal de una salida cercana.


Y las escaleras que me devolverían a la superficie, a la luz, y a la seguridad.

Una vez arriba eché un último vistazo general por si había algo diferente que me indicase que no estaba solo allí. Pero aparentemente todo seguía igual.
El único habitante que encontré fue este buitre o cóndor con sombrero mejicano que, con cierta sonrisa maliciosa, parecía despedirse de mi diciendo: 'Yo de ti no volvería por aqui'

EPÍLOGO:
Pero al cabo de unas semanas volví. No me quedaba más por explorar, pero siempre va bien volver a recorrer todo y hacer más fotografías, ya que siempre descubres nuevos detalles que antes no viste o te pasaron desapercibidos. Y más en un lugar como este donde hay cosas interesantes por doquier.
Pero mi sorpresa llegó cuando me acercaba al lugar. Allí había gente. Y no cualquiera. Era la policía.
A partir de entonces mi interés por aquello tomó otro rumbo. ¿Qué había pasado?
Visita tras visita a lo largo del tiempo me encontraba la misma situación. Policía y/o Seguridad privada de la empresa propietaria de las instalaciones vigilaban el lugar estrechamente. Sinó continuamente, sí que cada cierto tiempo veía algún coche patrulla aparecer por el lugar.
Ya la intriga me podía. ¿Habrían descubierto que estaban robando el cobre? Así era.
Y no fue sino por casualidad que se dieron cuenta que aquello llevaba tiempo siendo saqueado por una banda del este de Europa que no se andó con remilgos a la hora de hacer frente a la policía cuando los pillaron infraganti.
Y pensar que entre todos aquellos robos había andado yo tan feliz con mi cámara haciendo fotos...
Por desgracia, y como ocurre demasiado habitualmente, estos delincuentes estuvieron en la calle al día siguiente, por lo que el saqueo de cobre aún sigue en marcha.
Evidentemente, ya no volví a entrar más. Tuve la suerte de conseguir el reportaje sin toparme con nadie, y ya puedo dar las gracias por ello.
Como he dicho, el robo de cobre continúa, la vigilancia también persiste. Y mientras alguna de las dos dure, aquello permanecerá como territorio prohibido. Una pena. El Cóndor ya me lo previno.

Tecnología muerta: Sala de máquinas

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Antes de nada quiero pedir disculpas a aquellos que han ido mirando el blog estas últimas semanas a la espera de ver algo nuevo colgado referente a 'Tecnología muerta' (o no). Y es que hay temporadas que como bien sabreis falta tiempo para todo.
Así que sin más dilación vamos con esta tercera y penúltima entrada de 'Tecnología muerta', centrada en esta ocasión en el 'motor' que daba vida a todo lo que estamos visitando.

Nos ponemos el casco, y procedemos a entrar a las salas de máquinas.




Aqui vemos los cuadros de acometida eléctricos, donde algun cable aún permanecía conectado a ellos y era llevado a otra lugar.



Aqui no pude evitar hacer las fotos deprisa y corriendo y salir rápido. El fuerte zumbido de la alta tensión aún presente en la sala no presagiaba nada bueno si exploraba mucho aquellas intimidantes máquinas.






Y es que bien claro lo ponía a la entrada...





Ya mucho más tranquilo, accedí a la sala donde se hallaban los potentes grupos electrógenos.

Los potentes ventiladores deberían ser un auténtico espectáculo verlos en plena acción.



Aqui una pequeña sala de control desde donde al parecer manipulaban el correcto funcionamiento de todo aquel potencial energético.







Potentes y elevados ganchos actuaban en forma de grúa para mover la pesada maquinaria y sus piezas por dentro de la sala.






Uno de los dos potentes grupos electrógenos que daban vida a toda la instalación en caso de caída eléctrica.


Cuadros de control y eléctricos.




Sala de bombas, donde todo estaba envuelto de bombonas, manetas y conductos.









Finalmente, y ya en el exterior, me topo con este hidrante cansado por el paso de los años y derrotado por la soledad. Tumbado sobre el alto cesped, rememora aquellos esplendorosos años donde su pintura brillaba al sol y el agua recorria orgullosa sus entrañas.


La próxima entrada será la última dedicada a esta exploración, pero no por ello será menos interesante. Al contrario. La última es, sin duda, la más terrorífica y peligrosa de todas. Permaneced atentos!